¡Hola! Como te prometí en la anterior entrada del blog, le he pedido a María- ya sabes que es la profe de mi curso intensivo de español en Málaga-que me ayude a editar estos nuevos post del blog para escribir con mayor frecuencia hasta que regrese a mi país.
Sabes de sobra que soy una persona muy enérgica y que siempre tengo ideas para hacer. Por eso, he aprovechado todo el tiempo para repetir algunos de mis planes favoritos. Si quieres saber cuáles son, puedes buscarlo en la anterior entrada del blog. ¡Ahí te cuento todos mis secretos!
Todo esto ocurrió la semana pasada, justo estaba hablando con algunos de mis compañeros de AIL Málaga para preguntarles su disponibilidad de la segunda semana de agosto. Aunque me voy a finales de mes, no quería dejar mi fiesta para el último momento y por eso, tenía la idea de hacerlo en esa fecha. Sin embargo, las cosas dieron un giro de guion totalmente inesperado…
No me vi venir la sorpresa para nada, no te puedes imaginar el fiestón que montaron: no faltó nadie, estaban todos los compañeros de mis clases de español, vecinas y otros muchos amigos de los que os he ido hablando desde que estoy en la ciudad.
Como no pudo ser de otra manera, había música española y de grupos clásicos de los 70. Bailamos hasta muy tarde (o pronto, según se mire) y nos lo pasamos fenomenal. Además, una amiga de Macarena fue bailaora de flamenco profesional en su juventud y-como sabe que adoro el flamenco- ha aprovechado mi fiesta de despedida para darnos unas clases rápidas.
Lo que más me llamó la atención es que para enseñarnos a bailar flamenco, nos dijo: “el paso básico del flamenco, consiste en coger la manzana, morderla y tirarla”. Parece una locura, pero te confieso que tiene razón.
Después de las lecciones de flamenco, Paco trajo su mítico Karaoke y no pudimos pasar un mejor rato ¡Fue divertidísimo!
Mis amigos cuidaron hasta el último detalle e incluyeron a mis hijas en la fiesta. Conectamos con ellas por face time e incluso saludaron en español a todos. No os imagináis lo emocionante que fue compartir-aunque sea de forma virtual- mi experiencia con mis hijas y enseñarles todas las cosas que estoy viviendo aquí.
Espero que os haya gustado la historia de mi fiesta de despedida. La verdad es que me siento muy afortunada de haber conocido a gente tan increíble y de haber vivido tantas experiencias mientras estudiaba en mi escuela de español.
En dos semanas vuelvo a Estocolmo y dejo atrás esta preciosa ciudad, pero antes de eso, escribiré un post para despedirme oficialmente. ¡No os vais a librar de mí tan fácilmente!
¡Hasta el próximo blog!
Agnetha ❤